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domingo, 21 de noviembre de 2010

No soy yo quien elige, eres tú quien lo hace, por ti (y por mi). No voy a quedarme sentada mirando como las nubes crean formas semenjantes a ti, y a tus recuerdos. El abismo que hay entre nosotros no es culpa mía (ni suya), y por ese motivo, no voy a ser yo quien lo mate, y como tú tampoco lo vas a hacer, solo espero que te des cuenta pronto, y sepas como matarlo.

Me he cansado de esperar(te)

domingo, 14 de noviembre de 2010

Que esto es más que una tonta broma del destino, que además de unirnos algo tan sutil como un teclado, hay algo más.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Y si de verdad quieres a alguien, solo con hacerle feliz es suficiente aunque no puedas tener sus palabras bonitas, sus besos o sus caricias..aunque te derrumbes dia a dia por no poder demostrar del todo lo que sientes..aunque te creas que no puedes seguir el camino sin esa persona en tu vida..solo con verle feliz, aunque no sea a tu lado, debe bastarte...a mi me basta...
¿Por qué me dices que va a ser distinto si luego vuelve a ser lo mismo?
Porque pueden ser más altos, más guapos, más morenos, más musculosos, más graciosos e incluso más simpáticos, pero yo estoy convencida, de que es con Él con quien quiero pasar el resto de mis días.♥

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Recuerdas cuando hablábamos hace algo más de un par de años? Eran unas conversaciones de lo más extrañas, apenas nos conocíamos y hablábamos como si hubiéramos crecido juntos, como si hubiéramos pasado por lo mismo. Era como si fueras esa otra parte de mi que tanto buscaba. En realidad, nos separaban dos años de edad y unos cuantos kilómetros de más pero aún así sabíamos entendernos en todos y cada uno de los aspectos de los que hablábamos.
Eras ese prototipo de persona que siempre había querido tener a mi lado, me aportabas todo lo que necesitaba, amistad, cariño, apoyo, confianza... Ese tipo de confianza que surgía de hablar cada día contigo y que poco a poco hacía que no quisiera separarte de mi.
En todo este tiempo, has hecho que sea como soy, que sea quién soy. Me hiciste madurar -si se puede llamar así- y ver las cosas como otra gente de mi edad no las veía, me hiciste creer en cosas que jamás pensé que existirían, me enseñaste a confiar más en mi misma, a creer, a tener esperanza y sobretodo a ser paciente, a saber esperar.
Todas y cada una de las cosas que me caracterizan (o por lo menos la gran mayoría) sé que han salido de ti, de todas nuestras conversaciones, de todo lo que me has enseñado. Y creo que aunque todo haya dado un giro de ciento ochenta grados, y aunque hayan pasado cosas de las que los dos nos arrepintamos, creo, que a pesar de todo eso, debería darte las gracias, porque gracias a ti sé que se puede esperar lo imposible.